jueves, 24 de febrero de 2011

Camino y vida. Vida, camino y mochila.

Y eché andar, sin que nada importara, sin mirar atrás, sin rumbo fijo pero con una sonrisa en la boca, quizás no pensaba en nada, lo mismo pensaba en todo, pero sea lo que fuere ni me daba cuenta, ni me interesaba, iba escuchando música, dando saltos, sí, y gritando a los cuatro vientos.. lo recuerdo bien. De repente me encontré con una hoja en el suelo, tenía una forma curiosa y era bonita, la metí en la mochila, seguí caminando, a pesar de no saber cuánto camino me quedaba por recorrer. Vislumbré un puente, allá a lo lejos, tampoco importaba, iría, llegaría allí tarde o temprano, pero llegaría. Me quedaban apenas escasos minutos y tropecé con una piedra haciéndome un rasguño así en las palmas de las manos y en las rodillas, creo, no me preocupé de mirar, tenía demasiadas cosas por ver, por disfrutar. Llegué al puente, la diferencia de altura con respecto al río de abajo era increíble, así que me senté en el abismo mientras tarareaba mi canción favorita. Habían unas vistas preciosas, tales que si las dibujara ahora mismo podría ser, mi dibujo, un fiel reflejo de lo visto aquel día, en ese maravilloso lugar, cuyo nombre resulta tan impronunciable que casi prefiero no acordarme..
Dentro de la mochila llevaba una cámara de fotos, la cuál haría las capturas que nunca llegaría a ver de nuevo, no me hace falta, me levanté otra vez (pues es obligatorio) y seguí andando. Curiosamente, al dar siete pasos me encontré con un muro, duro, rígido, casi irrompible, por un momento me planteé dejarlo como estaba, e incluso caer en el abismo, me senté encima de la mochila y noté un pinchazo, miré dentro de la misma, y.. sí, era un pico. Y a picar se dijo, rompí el muro, aunque la mayoría de los escombros siguieron viajando conmigo. La mochila pesaba más y más cada vez, así que pensé tirarla por el puente, sin más. Acto seguido, desperté.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque ya te hayas despertado, en realidad deberás seguir derribando ese muro. Incluso, deberás derribar otros muros, cruzar otros puentes y admirar muchos más paisajes.

Todos aquellos muros que derribes dejarán parte de sus escombros contigo, efectivamente, pero también te harán crecer más que si te subieras encima de todos ellos.

Las heridas cicatrizan pero dejan una marca emocional. Esa marca no es sólo dolor, también es crecimiento y aprendizaje.

Continúa soñando y continúa tu camino. Nunca sabemos si llegaremos al final, pero puede que ni siquiera sea necesario.

Marina Muñoz dijo...

Es lo que pretendo, seguir rompiendo muros, superando adversidades, lo que quería con éste texto era ejemplificar el camino de la vida por fases, no completo.
Cuanto más camino, más peso, a más peso, mayor experiencia, mayor experiencia mayor capacidad de organizar la mochila para que no pese tanto, e incluso aumentar su tamaño, para que así quepan más escombros.

¿Y si llegamos al final sin ser necesario?

Gracias por dejar tu aportación.

Anónimo dijo...

Jejeje, como siempre, me dejas impresionado con tus análisis e interpretaciones.

Sí, también está muy bien eso de llegar al final sin ser necesario. Pero eso presupone que de verdad hay un final. ¿y si el camino no tiene fin realmente? ¿Y si el camino es el fin en sí mismo?

Es muy positivo plantearse pequeños retos, día a día, que podamos ir superando. Pero ese camino de superación, hacia donde nos lleva, realmente no lo sabemos. Ni siquiera lleva a ningún sitio en concreto.

La obsesión por llegar a la meta nos impide disfrutar de la carrera.

Marina Muñoz dijo...

Yo, de momento, como persona y humana que soy sé que hay un final que puede que marque el principio de algo más que nadie (por lo menos, nadie que yo conozca) sabe.
Lo que sí sé, aunque tampoco a ciencia cierta, que la vida es un camino que lleva a la muerte, poco a poco, o rápido, depende de cómo lo veamos. Sólo hay que observar, fija un punto próximo, cinco segundos, por ejemplo, mientras que esos pasan es el futuro, cuando llegues al cinco será el presente y, en cuanto lo pases verás que ya es pasado. En fin, el tiempo, a la par que la muerte, siempre llega. Ahora, como bien dices, pienso, hay quién se obsesiona con el final y no vive el camino que le queda, aunque puede que lo quede ninguno porque, en realidad, no hay camino. Sinceramente.. no lo sé.

Yo no suelo planteármelos, ellos vienen solos.. e incluso, a veces, con alguna pequeña (o gran) sorpresa.

Sólo sé, y creo que es bastante, que disfrutaré de ésta vida por si a caso no hay ninguna otra.

Reitero las gracias.

Anónimo dijo...

Muy bien. El futuro acaba convirtiéndose en pasado tarde o temprano.

Eso muestra lo que yo digo. Que no hay realmente un fin. No confundamos fin con final, al menos en el sentido que quería expresarlos. Fin yo lo utilizo como sinónimo de finalidad, objetivo.

El final de algún proceso, algún camino o algún proyecto no significa que acabe con un fin concreto, con una finalidad. Ya que, como bien dices, el tiempo continuará y, por tanto, la finalidad se modificará, evolucionará, se ampliará.

De ahí que diferentes pero pequeños objetivos son los que siembran nuestro camino diario, algunos de ellos inconscientes. Pero personalmente no creo en una finalidad única y absoluta. Va cambiando junto con nosotros, a veces imperceptiblemente.

Y disfrutar de la vida que te ha tocado vivir no es sólo bastante. Sencillamente, lo es todo. Claro, dependiendo de la persona, ese "disfrutar" podrá significar muchas cosas distintas. Pero no está mal como pequeño objetivo diario.

Saludos y enhorabuena por el blog.

Marina Muñoz dijo...

Me he equivocado con la interpretación del término "fin", creía que era fin de final, no de finalidad, lo siento.

Digo yo, si actuamos de alguna manera, si participamos en algún proyecto, si caminamos lo hacemos con una finalidad, ¿no?.
Hace no mucho le dije a un amigo que si fuéramos conscientes de todas, o la mayoría, de las cosas que suceden en éste mundo no seríamos capaces de vivir (en todos los sentidos) por lo menos no si nos da igual.. Yo no tengo muy claro mi objetivo en la vida, la finalidad de ella.. aunque sí tengo uno más o menos definido: VIVIR. Supongo que será porque aún soy bastante joven.

Gracias.

Anónimo dijo...

Pues para ser tan joven, has llegado a una buena conclusión que mucha gente no alcanza nunca. El objetivo es vivir, con todo lo que ello implica, claro está.

La vida, en mi opinión, no tiene ningún objetivo en sí mismo. Eso lo marcamos nosotros. Y sí, cada uno de nuestros actos o nuestras búsquedas tiene alguna finalidad, claro está. Pero son pequeñas finalidades, pequeñas cosas o, incluso, parte de una filosofía de vida.

Pero el objetivo o finalidad últimos no están definidos claramente. Al menos para mí. Mucha gente sí lo tiene definido, lo necesita para darle sentido a su vida. Yo, por el contrario, considero que eso puede ir variando y que el objetivo u objetivos que podamos darle a nuestra vida dependerá de aquello vivamos y de aquello que consigamos.

Eso sí, un objetivo clave, como muy bien te has dado cuenta, es vivir. Pero con todas sus letras:

V: voluntad
I: iniciativa
V: valentía
I: inconformismo
R: responsabilidad

Yo también reitero las gracias.

Anónimo dijo...

Por cierto, cuando te dije enhorabuena por el blog, es porque me dediqué a leer algunos comentarios más. Todo muy bueno.

Es posible que tengas algún comentario nuevo en una entrada reciente.

Marina Muñoz dijo...

Me ha gustado especialmente el acróstico que has hecho de "VIVIR".. Cada individuo tiene la capacidad, y el don, depende de cómo lo veamos de elegir de qué manera queremos ser felices, cómo queremos actuar.. Elegir, otra de las claves. Ya he visto el otro comentario, intentaré responderlo, desde luego, no es muy fácil que digamos.. estas cosas hacen pensar.

Gracias a ti.

Anónimo dijo...

Jejejejeje. Claro......

Estas cosas hacen pensar. Elegir y pensar están unidos. Son distintos términos para una misma capacidad.

Pero, si no me equivoco, es algo que a ti te gusta hacer (me refiero a pensar). Por eso te dedico mis comentarios. De todos modos, todos necesitamos esos momentos de descanso en los que pensar queda aparcado.

Y me da a mí la impresión que tú tienes pocos momentos de esos.... ¿me equivoco?

P.D.: No tengas prisa por contestar todos los comentarios. No tienes por qué hacerlo. Nunca te comas la cabeza por obligación. Sólo cuando realmente quieras hacerlo.

Marina Muñoz dijo...

No sé, yo soy humana, y al igual que comer, dormir, andar, descansar, también necesito pensar..

Y muchas veces es eso lo que me saca de éste mundo porque pienso en otros paralelos, o quizás no tan paralelos, se parecerían a este y si pienso en otros mundos, no es para eso. En fin, pensar puede servir tanto para descansar como para comerte el coco. A los hechos me remito, cuando me siento en una tumbona no puedo estar sin pensar en nada.. así que pienso en leer, me levanto, cojo un libro y ale.

Pero esto no quiere decir que me pase el día pensando, una necesita pensar que puede dormir.

PD: Este es un abuso del término "pensar", me va a denunciar, jajaja.

Anónimo dijo...

De acuerdo. Queda usted denunciada al CDUP (Comité de Defensa del Uso de Pensar). Igual, pronto le buscan en su casa para que les entregue todos los escritos donde aparezca el término.
Puede que incluso le censuren el blog si aparece "pensar" en más líneas de las que toca.........

Claro, que seguramente, después de analizarlo, el Comité concluya que el uso del término ha sido más que satisfactorio, engrandeciendo todavía más su significado.
Por lo que al final acabarán dándote un premio.

Creo que sería lo más justo. Yo lo haría........

P.D.: Cuando has dicho eso de "me va a denunciar" me hablabas de usted..... Pero no en broma como yo. No mola ese trato. Creo que cuando tenga 80 me seguirá sin gustar.
Pero tranquila, es normal hacerlo. Ahora ya sabes que no tienes por qué usar el trato de usted si no quieres.

Marina Muñoz dijo...

No lo utilizaré, no si no quieres que lo utilice, tampoco me supone nada.

Dile a los del comité que si me van a dar un premio que se lo guarden para cuando me lo tengan que dar de verdad, esto son muchos ensayos y diferentes cada uno. Como he dicho antes, soy bastante joven, quiero esperar a merecérmelo, y sentirme así orgullosa de mí misma.. A mi parecer creo que aún no me merezco ninguno, además, se me podría subir a la cabeza, y es lo último que quiero. También prefiero, de momento, seguir escribiendo humildemente de vez en cuando por aquí.. de momento, jajaja.

Hasta otra.

Anónimo dijo...

Bien dicho.
Aunque suene a tópico, la mejor recompensa, realmente, es la satisfacción personal.

Claro que todos tenemos nuestro huequecito de vanidad, y ese se llena con el reconocimiento de los demás. Pero vamos, que no tiene por qué llenarse con premios materiales. Un reconocimiento personal, sobre todo de alguien a quien quieres, llena todo el hueco en un solo segundo, de tal manera que todos los Premios Planeta no podrán llenar nunca.