lunes, 31 de enero de 2011

Simple y llanamente..

Ayer vi una piedra y me pregunté cuánta misma gente la habría visto y por cuántos sitios habría pasado para estar donde está..
Hoy me he fijado en un trozo de asfalto y me he preguntado cuánta gente habría pisado por donde yo he pisado y cuántas capas de sedimentos habría debajo.. ¿Qué habría pasado allí? 
Hace más bien poco, me fijé en todas y cada una de las gotas de agua que caían y me pregunté que qué habrían visto esas gotas que ahora mismo veo yo, ¿Dónde habrían caído?
Acostumbro también a mirar las montañas, y a imaginarme arriba de alguna de ellas gritando a pleno pulmón, sin que nada importe. Prometo que lo conseguiré y ese día será uno de los días más felices de mi vida.. mientras que eso no se cumpla me remito a interrogarme a mí misma sobre si esas montañas habrán estado ahí siempre o no.. y qué habrán visto..
Hace meses me regalaron una piedra de una de las primeras universidades (o la primera, no recuerdo bien) que se edificaron en España y, a pesar de ser sólo eso, una piedra parece que transmite, o quiere transmitir algo más..

Los objetos para mí siempre serán algo más que objetos, siempre lo he dicho. Me transmiten cosas, tienen, por decirlo de alguna manera, una dimensión espiritual que, por decirlo de otra manera sólo podemos reconocer y valorar nosotros, y más que nosotros, nuestra dimensión espiritual. Pues si bien está claro que somos algo más que carne, que sentimos y hacemos sentir, pues los objetos también..
No serán simples y llanos objetos, nunca.. Otra cosa es que no nos demos cuenta..

No hay comentarios: