martes, 28 de diciembre de 2010

Inmortal..

Si no recuerdo mal, y espero no hacerlo, cuando era pequeña mi tío murió, de cáncer. Yo contaba los 5 años de edad, sabía lo que veía, supongo, pero no podía llegar a analizarlo. Me acuerdo también de que, aquí, por esos tiempos de luto se vestía de negro.. yo no lo entendía, posiblemente tampoco me preguntaría el por qué, era demasiado felizmente inocente para hacerlo. Jugaba debajo de la mesa del porche, hacía un fuerte con los colchones de las sillas, que minutos antes destrozaba, y pensaba (y me creía también, como debe ser) que nadie me podría invadir, que era inmortal... Uno de mis otros tíos tocó a la puerta de mi fuerte y dijo:
"Quién fuera tan feliz.. Cuando descubras que tú también morirás tarde o temprano.." 
Supongo que él piensa que yo no le escuché, o por lo menos eso dedujo por mi cara de felicidad perpetua, pero cuando se fue yo me encogí dentro de mi fuerte, aún no teniendo muy claro el concepto de "muerte" pasé realmente miedo.. por lo que había visto debía ser algo muy malo. En ese momento ya no me sentía inmortal, en ese momento los colchones era inútiles.

Ahora combino ambas sensaciones.. siempre hay alguien que hace mía la debilidad, siempre hay alguien que pincha mis sueños, pero tranquilos, haré de mi fuerte la fuerza interna necesaria para salir a flote siempre.

Me hubiera gustado más no haberlo descubierto a tan temprana edad, me gustaría haber sido inmortal durante más tiempo..

2 comentarios:

lucia usera del valle dijo...

me gusta mucho esta última publicación :)
feliz año!

Marina Muñoz dijo...

Muchas gracias, Lucía..
¡Feliz año nuevo! :D