lunes, 6 de diciembre de 2010

La realidad y yo nunca nos llevamos bien..

REALIDAD:  ¡Eh, tú! ¿Qué haces? Deberías saber que no te permito que sueñes, debes permanecer con los pies en la Tierra eternamente, si no moriré y eso no te gustaría.. ¿Verdad..? (Con mirada amenazante)
YO: No sé a qué te refieres, tengo libertad.. tú eres la que no debería obligarme a nada, a veces, Realidad, das miedo.. (Temerosa)
REALIDAD: ¡No me hagas enfadar! Hoy no tengo un buen día, influyo en tu vida de manera importante, puedo arruinártela. La realidad es triste y pésima, tus pensamientos e ilusiones no se pueden equiparar a mi poder, así que.. ¡Haz lo que te ordeno! Eres mi esclava, mi súbdita, deja de soñar, te estoy haciendo un favor..
YO: Realidad, ¿Estás también en la muerte?
REALIDAD: No, sé realista, no puedo estarlo..
YO: Bien. (Coge una pistola y se pega un tiro).

Acto 2: En el "infierno"

FICCIÓN: ¿Tú también por culpa de la realidad? (Me mira)
YO: Sí, maldita estúpida.. No sé a cuanta gente le habrá hecho suicidarse. Por lo que veo aquí te lo montas bien, ¿eh? (Sonrío)
FICCIÓN: Dejémonos de tonterías, ¿Qué haces que no estás soñando? (Amenaza)
YO: Llevo toda la vida haciéndolo, no tengo ganas..
FICCIÓN: ¡Soy Ficción y te ordeno que sueñes! (Con unas imperantes y evolutivas ganas de matar)
YO: (Resignándome a lo evidente) Está claro, cada uno barre para su casa..

No confiaré en la realidad, pues, es tan objetiva que parece una máquina, no deja lugar a la vida humana, demasiada razón en ella. Siendo así, tampoco en la ficción, demasiado soñadora para mí, no confía en otra cosa sino en la misma suerte y sentimientos, demasiado subjetiva, su pasión me abruma. Y en mí... para qué.

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